Esta es
mi conclusión a hoy.
Vemos como Guatemala se está uniendo, acuerpando ideas,
movimientos, cuestionando a las autoridades, hemos recuperado la voz, aunque
creo en que talvez nunca la tuvimos, quizá sería más apropiado decir que hemos
encontrado nuestra propia voz, nos hemos dado cuenta que cada uno valemos y que
de uno en uno se genera el cambio. Ese cambio trascendental que tanto
ansiamos, hemos vivido como zombies durante mucho tiempo haciendo lo que
“debemos” hacer, viviendo la vida que suponemos “debemos” llevar, pero sin ser
felices.
Estamos tomando acción en
lugar de llevar eternas tertulias hablando de lo que todos los demás deberían
estar haciendo, estamos tomando acción nosotros mismos, y eso ya es ganancia.
La conciencia por fin se despertó, ya
nos dimos cuenta que tenemos derechos y que debemos reclamarlos. El destapar tantos nuevos casos que
están saliendo la luz pública, ver que si existen entidades que tienen la
capacidad de encontrar la verdad, ahora exijamos que todos estos casos no
queden impunes.
Si a presidentes y
vicepresidentes les son expuestas todas sus fechorías, como no hacer públicos
diputados corruptos, testaferros, achichincles, organizaciones, familias
oligarcas, si ya ni siquiera nos dejamos engañar por falsos astronautas.
Estamos hambrientos por saber la verdad, por hacer justicia, por vivir una vida
mejor y crecer y ser felices. Estamos por fin, despertando del autismo social
en que vivíamos.
Guatemala
somos todos.
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