jueves, 17 de junio de 2010

a la mesa...



Sentada del otro lado de la mesa, lo observaba, de piernas cruzadas, el sol del medio dia a toda su potencia, pero con viento fresco soplando, el era elocuente, ella parecía beber cada palabra que el pronunciaba, poniendo atención a cada coma, a cada pausa, cada vez que el tomaba aire para seguir su narrativa, aunque ella mantenia el contacto visual, ojo a ojo, no perdia detalle de su lenguaje corporal, lo leia, lo descifraba, analizaba, e idealizaba.
El no paraba de mover la pierna, ese signo de disconformidad o desesperación como cuando queremos que la reunion termine lo antes posible, pero continuaba su narrativa, y ella de inquisidora, poniendo toda la atención que podia, lo trata de descifrar, que mas hay entre lineas, hombre lleno de miles de atributos y miles de defectos, el amor les desborda por los ojos a ambos, a ella no le importa, lo podria gritar a los cuatro vientos, esta conciente, pero el aun no lo sabe, no se da permiso de admitirselo a si mismo, pero en los ojos se le nota, sus ojos se prenden en su presencia, pero era como en mundos paralelos, porque a pesar de que absorbia una por una sus palabras al mismo tiempo iba elaborando una historia paralela, una donde se hacia miles de cuestionamientos sobre la fragilidad del ser, una donde la llevaba a analizar su propia vida, ella, la protagonista, y el, el personaje secundario que le ayudaba a dar trama a la historia…
Las largas conversaciones eran casi a diario, cada uno expresando sus historias, y en cada una analizadose el uno al otro y descubriendo cada uno dentro de si mismos cosas que no sabian, cosas que no se habian detenido a analizar, las experiencias se fueron mezclando con el amor, el amor de esa persona que es tan afin, tanto que parecen uno mismo. 


2 comentarios:

  1. Interesante pieza, me gusta mucho. Solo una nota, ese movimiento de pierna no necesariamente simboliza lo que crees, hay gente que tiene eso que es un tic nervioso, inconcientemente lo empiezan ha hacer, pero si lo realizan pueden conicientemente tratar de controlarlo. No tiene causa exacta, pero tiene que ver muchas veces con hiperactividad, gente que es inquieta necesita estar en movimiento, no por impaciencia, pero simplemente por naturaleza

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  2. El la vio concentrada la primera vez que la vio
    Y cuando al fin levanto su cabeza, el sol encontro
    Su sonrisa era una suave flama del sol caido
    Sus ojos como el camino largo de un bosque que lo habia atraido
    En su voz escucho la musica del viento independiente
    Su manera de ser era extremadamente differente
    Tenia una calidad tranquilizante como el mar
    Y entonces se pusieron a hablar
    Los movimientos de ella calculados y tranquilos como un estanque
    Mientras los de el erraticos y fugaces como un incendio que dio arranque
    El silencio no los invadio, no los llego a alcanzar
    Mientras volaban por temas que ambos querian platicar
    Y el aire se calentaba lentamente en la atraccion
    Ambos sin saber si el destino estaba tomando accion

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