martes, 24 de septiembre de 2013

y el celular??

¡Nadie me preguntó hoy si terminé exitosamente mi día sin teléfono! pues resulta que no pasó mucho tiempo sin que el infierno se desatara, al regresar a la noche a casa y tener conexión de internet me di cuenta que tenía a mucha gente tratando de localizarme y yo que creí haber difundido el mensaje.

Además resulta que esa sensación de libertad de culpa porque el teléfono no lo arruiné intencionalmente  se disipó inmediatamente ya que todos estaba enojados por no poder localizarme. Al parecer en esta época tecnológica no es perdonado estar inaccesible aunque sea por unas horas. Al paso que vamos, estoy segura que pronto será penado por la ley.

También experimente otra cosa, salir a la calle sin un celular es similar a salir desprotegido, el andar por ahí haciendo mandados y andando en reuniones sin tener a tu mejor amigo al lado y no poder preguntarle ni por dónde queda la dirección a la que te diriges es casi impensable, y por mejor amigo me refiero a el GPS.  Además te la pasas en el ¿qué pasaría si....? ¿Qué pasaría si me accidento? ¿Si me desmayo en pleno centro comercial? ¿Y si me asaltan? Pues nada de eso sucedió gracias a Dios, lo que si es cierto es que el ritmo de vida que llevamos es a mil por hora y que todo lo podemos y lo resolvemos con un celular. Ni siquiera las cosas que a veces consideramos las más simples podía realizar.

En lo que me devuelven mi teléfono activé uno temporalmente, uno versión país tercermundista. Ohhhhh pero claro, vivimos en un país tercermundista! Lo olvidé por un momento, y es que sabían que apenas somos menos de un 10% las personas que utilizamos teléfonos inteligentes en toda Guatemala?

lunes, 23 de septiembre de 2013

Adicciones y Administración

Si algunos de ustedes me vienen siguiendo los pasos por las redes sociales de hace algún tiempo, sabrán lo adicta que soy a ellas, pues el fin de semana me quede sin teléfono, lo cual me generó mucha ansiedad, siempre he dicho que no debemos estar atados a nada,  pero es quizá una de mis grandes mentiras, soy adicta a las redes sociales, a la comunicación, y aunque de un tiempo para acá ande un poco callada, no quiere decir que deje de visitarlas y sepa todo lo que acontece en sus cabezas, a nivel nacional y fuera de las fronteras.

Pero que de bueno nos lleva está adicción? Ayer entre las múltiples actividades que tuvimos recordé un video/charla/conversatorio que guardé en el iPad porque me impactaron varias frases en ella, y nos pusimos a verla, la charla se llama Zen and The Art of Life Management, si tienen tiempo de buscarla háganlo.

En algún momento de la charla estaban hablando del cómo disfrutar cada momento del día sin estar pensando un paso adelante de qué es lo que viene después, y de cómo lograr los objetivos del día, de cómo sentirse productivo y eficaz y dice NO SE LOGRA TRABAJANDO DEMÁS, SINO TENIENDO CLARAS LAS PRIORIDADES, porqué todo esto se relaciona con la pérdida de mi teléfono? Bueno, ahora que estoy sin teléfono, me siento de alguna manera liberada de ese cargo de conciencia que si no estoy pendiente de todo y todos estoy perdiendo mi día, tomemos en consideración que mi trabajo se basa en estar al lado del teléfono para cuando la agencia, el productor o el estudio llamen que necesitan de mis servicios. Pero la pérdida de mi teléfono me libera de esa sensación porque no es mi culpa que se haya arruinado. (No, esta vez no lo boté)

El no tenerlo en el fin de semana me permitió disfrutar de mis seres queridos sin distractores, avisé a las personas importantes que no tenía teléfono y por ellas me refiero solo a mi mamá por aquello de las emergencias, y ahí te sorprende lo corta la lista de personas importantes, pues los demás estaban conmigo.

Hoy lunes, inicio de semana, ya que todos se fueron al trabajo o al colegio, me dedicaré a mi misma y a poner mi lista de prioridades clara.


Pregunteme mañana si aún siguió pensando lo mismo. Veremos que pasa.